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Fotografiado desde el extremo oeste de La Zurriola, un sol dorado se hunde lentamente en el horizonte nublado mientras las olas rompen con fuerza en primer plano. Las gaviotas aprovechan las últimas horas de luz para buscarse la cena y nosotros haremos lo mismo pronto en la ciudad. El fulgurante sol, que se resiste a ceder espacio a la oscuridad de la noche, contrasta con el mar oscuro, casi negro. Ahora es misterioso e indómito. Es el lugar de las gaviotas y su cena, y ya no el nuestro.
Los acuarios son sitios especiales en tanto que parecen dar permiso a los adultos para recuperar la curiosidad y la fascinación por los seres vivos y el medio natural que...
Atardecer en Salinillas de Buradon
Esculturas en la pared de un edificio de Hamburgo
Hay quien se siente como en casa cuando se mete en el mar. No es de extrañar, pues toda la vida surgió del agua. Tuvimos aletas y branquias, después las perdimos para cam...
La Zurriola no decepciona a la hora de ofrecer un atardecer lleno de acción. Surfistas y body-boarders se elevan sobre las crestas de las olas mientras el sol se despide ...
En las laderas de Jaizkibel, donde el mar se encuentra con la montaña, la magia surgió aquella tarde de manera inesperada. Un sencillo picnic, se convirtió en un momento ...
Impresionante vistas en lo alto del Cabo de Gata.
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