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El verano va tocando a su fin del mismo modo que, presumiblemente, la situación que nuestros hijos llevan viviendo desde mediados de marzo por la COVID-19.
Durante este período han tenido que privarse de disfrutar como lo hacían hasta ahora con compañeros y amigos. Todo ello para adaptarse a una realidad que se escapaba a su entendimiento. Pero han superado la prueba con nota.
Ahora toca dar un paso más. Y recuperar esas risas en el aula, sentir esa timidez cuando te toca el turno de lectura en voz alta, afinar el disimulo cuando el maisu explica la tabla del 8 mientras intentas escuchar qué cromo quiere cambiarte tu compañero de atrás a la hora del recreo.
Es el momento de dejar que el miedo se funda con la ilusión, como el sol se funde con el mar en esta tarde de agosto. Y nos permita divisar el horizonte… lleno de luz y de color. |